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Características, cultivo y cuidados de las orquídeas

2 de juni de 2021

Son un tipo de planta con una belleza peculiar e impresionante para el ser humano: las orquídeas. Pertenecen a la familia botánica Orchidaceae y son agrupaciones de plantas monocotiledóneas que se distinguen por tener unas hojas con formaciones bastante complejas. Gracias a ellas existen numerosas interacciones en la naturaleza y los ecosistemas, y a continuación veremos la importancia de las mismas.

¿Quieres conocer a fondo todas las características, cuidados, tipos y cultivo de las orquídeas? Pues empezamos.

Características principales

Dentro de la familia de las orquídeas se encuentran alrededor de 25.000 especies de plantas. Son fácilmente reconocidas cuando se ven a distancia dado que presentan flores con una buena simetría bilateral. Es como si estuvieran perfectamente modificadas por el ser humano. Los estambres los tienen fusionados en la base al estilo.

Entre las diversas especies de orquídeas nos podemos encontrar muchas diferencias. Una de ellas es el tamaño. Es capaz de variar entre tan sólo algunos milímetros y en otros ejemplares encontrarnos un tamaño gigantesco. En cuanto al tamaño de las flores, también tiene alta diversidad dependiendo de la especie que estemos viendo. Hay orquídeas con flores muy pequeñas que llegan a uno o dos milímetros de tamaño, mientras que otras pueden ser de hasta 20 centímetros. Se han encontrado algunas especies de orquídeas gigantes de más de 30 metros.

El aroma también es muy variado dependiendo del ejemplar que estemos tratando. Podemos encontrar aromas desde lo más delicados, suaves y otros que tengan un olor bastante desagradable.

Como has podido comprobar, dependiendo del tipo de ejemplar que estemos analizando, podemos ver grandes diferencias. Y es que hay orquídeas que aparecen de forma espontánea en numerosos ecosistemas con características diferentes. Todo ello hace que cada especie sufra distintas adaptaciones y tomen características diferentes. La única excepción de ello son las orquídeas que aparecen en los climas desérticos y polares. En este caso nos encontramos con orquídeas parecidas. Las mejores del mundo se encuentran en las zonas intertropicales.

Tipos de orquídeas

A grandes rasgos, podemos diferenciar dos tipos de orquídeas: las terrestres y las epífitas. Las primeras son aquellas que, como su nombre indica, crecen en el suelo, pero las otras son las que lo hacen sobre las ramas de árboles, palmeras, etc.

Veamos algunas de ellas:

Dendrobium

Las orquídeas Dendrobium son epífitas

Los Dendrobium son un género de orquídeas epífitas originaria del Sureste de Asia que desarrollan un pseudobulbo del cual brota un tallo que supera los 30 centímetros de largo. Las hojas son cortas y con forma oval, de color verde. Las flores se agrupan en inflorescencias cortas y de colores variados, como el rosa o el blanco.

Epidendrum

El Epidendrum paniculatum es una orquídea epífita

Los Epidendrum son originarios de América tropical, de hábito epífito generalmente. Los tallos brotan de pseudobulbos, y tienen aspecto de cañas. Sus hojas son verdes, a menudo coriáceas. Las flores se agrupan en inflorescencias generalmente de color blanco o rosa.

Oncidium

Los Oncidium son orquídeas tropicales

Los Oncidium son unas orquídeas conocidas por el nombre de dama danzante. Su origen se encuentra en América tropical, y presentan hojas alargadas y verdes. Las flores se agrupan en inflorescencias y son muy numerosas.

Phalaenopsis

La orquídea Phalaenopsis florece en invierno y primavera

Las Phalaenopsis son las orquídeas epífitas más populares. Se conocen como orquídea mariposa, orquídea alevilla u orquídea boca, y son nativas del Sureste de Asia. Las hojas pueden ser perennes o caducas, dependiendo de la especie, si bien las que se comercializan son perennifolias. Sus flores brotan al final de la vara floral, y son de colores muy llamativos.

Vanilla

La Vainilla es una orquídea muy grande

Las Vanilla son unas orquídeas terrestres o hemiepífitas que crecen en las regiones tropicales de América, Asia y África Occidental. Son unas de las más grandes, puesto que pueden llegar a medir más de 30 metros de largo. Las hojas son de color verde oscuro y coriáceas, y las flores se agrupan en inflorescencias racemosas.

¿Qué necesitan las orquídeas?

Para poder disfrutar de nuestras orquídeas tanto de las flores como del aroma, debemos respetar ciertos requisitos y otorgarles algunos cuidados especiales. Estas flores maravillosas capaces de decorar cualquier jardín o sala interior de una casa debe ser atendida.

Lo primero a tener en cuenta es que los cuidados que tienen las orquídeas de interior y de exterior es muy similar. Por ello, con aprenderte el cuidado general, podrás darle una vida saludable a tu planta.

¿Dónde hay que poner una orquídea?

Vamos a empezar por el principio. Acabas de comprar una orquídea, llegas a casa y… ¿dónde la colocas? Pues bien, esto va a depender básicamente de una cosa: el clima que haya en tu zona. Las orquídeas que se venden son de origen tropical, y además de selvas donde la humedad ambiental es alta.

Por consiguiente, no pueden estar en el exterior durante el invierno si la temperatura baja de los 15ºC, ya que morirían de frío, literalmente. Así que si se da el caso de que en tu zona el clima es fresco, o frío en esa estación, entonces lo mejor será ponerla y cultivarla dentro de casa. Pero sino, es decir, si el clima es cálido todo el año y no se registran heladas, podrás tenerla fuera.

Luz

Las orquídeas necesitan luz pero no directa

La luz del sol es necesaria para que las orquídeas puedan crecer fuertes y sanas. Sin embargo, no es bueno dejarlas a la luz directa, puesto que son sensibles a ellas. Lo mejor es ponerlas a semisombra en lugares bastante iluminados. Si la luz directa le da durante mucho tiempo puede hacer que se marchite completamente, perdiendo todo su colorido y su aroma.

Si la tenemos en el jardín al exterior, el mejor sitio para ubicarlas es aquel donde haya una planta más grande o unos cuantos árboles que le puedan proporcionar algo de sombra y que no le de la luz directa del sol. Así estaremos evitando posibles daños a la planta.

Agua

Otro aspecto a tener en cuenta es el agua. Este elemento es igual de importante que la luz del sol para que nuestras plantas tenga un buen desarrollo. Pero la orquídea quizá es un poco más exigente para el riego de lo que pueden ser otras plantas. Si acostumbramos a regarlas con agua del grifo, estaremos exponiéndolas a una cantidad de cloro que puede ser peligroso para ellas. El pH elevado también puede dañarla.

Para evitar esta situación, lo más recomendable es utilizar el agua embotellada si tenemos pocas plantas. Si tenemos grandes cantidades a lo largo y ancho del jardín, lo mejor es colocar un sistema de filtrado para que el cloro no provoque estragos en nuestras plantas tan preciosas.

La frecuencia de riego también hay que controlarla. En la época de más calor y menos precipitaciones hay que regar de forma más frecuente. Sin embargo, en invierno es importante aumentar el tiempo entre riego y riego. El mejor indicador para saber cuándo regar es que el sustrato se encuentre parcialmente seco sin llegar a estarlo completamente.

Como siempre digo, un suelo con un buen drenaje es el mejor aliado en los jardines. Hay que evitar a toda costa que al regar nuestra orquídea el suelo se encharque, ya que conseguiremos que se pudran completamente. Para aumentar el drenaje de un suelo con tendencia a compactarse es recomendable hacer algo de laboreo o algunos agujeros con frecuencia para que actúen mejorando el drenaje.

Clima cálido

Dado que las orquídeas habitan en zonas tropicales, necesitan de una temperatura siempre más alta. No pueden descender menos de 5 o 4 grados, de lo contrario se marchitarán en poco tiempo, y aún así lo mejor es que no exponerlas a temperaturas por debajo de los 15ºC. Si la zona en la que vives está frecuentada por olas de frío tienes varias opciones: la primera es tenerlas en el interior en los días de más frío. Para ello deberás plantar tu orquídea en una maceta y poder moverla cuando sea necesario. Esto es algo impensable si tenemos el jardín completamente lleno de ellas.

Otra opción en caso de tener un gran número es colocar una especie de invernadero para los meses más fríos. Así estaremos protegiéndolas no sólo de las bajas temperaturas, sino de las fuertes rachas de los vientos invernales.

Al proceder de ambientes tropicales son plantas que están acostumbradas a niveles altos de humedad. Por ello, es muy recomendable que tengan un nivel de humedad por encima del 40%.

¿Cómo se cuida una orquídea en casa?

Las orquídeas se pueden cultivar en casa

Ahora que sabemos cuáles son las necesidades básicas de las orquídeas, podemos hablar de cómo se cuidan en casa, que es donde se suelen cultivar más, especialmente en zonas de clima templado o frío.

Ubicación

Necesitan luz, pero también humedad, por lo que un buen sitio donde ponerlas es un baño en la que haya mucha claridad. En su defecto, es posible tenerlas en otras habitaciones, como el salón por ejemplo, pero en este caso habría que colocar recipientes con agua alrededor o bien un humidificador para que sus hojas no se secaran.

También es posible pulverizarlas con agua de lluvia, o bien del grifo si es apta para consumo humano, una vez al día durante el verano. Pero el resto del año no se aconseja hacer esto ya que se podrían pudrir.

Sustrato

Aunque hoy en día venden sustratos para orquídeas listos para su uso, es importante tener en cuenta que estos son más recomendables para las especies epífitas, como las Phalaenopsis. Puedes comprarlos desde .

Si son terrestres es mejor usar fibra de coco (en venta ) puesto que estas precisan tener las raíces enterradas, y no expuestas.

Riego

¿Cómo regar a las orquídeas? Bueno, si son epífitas y están en macetas transparentes, lo haremos cuando las raíces estén blancas o blanquecinas. Pero si son terrestres las regaremos unas dos o tres veces a la semana durante el verano, y un máximo de dos a la semana el resto del año.

En cualquier caso, siempre que reguemos hay que procurar que el sustrato quede bien húmedo, y utilizar agua de lluvia o en su defecto blanda.

Abonado

Podemos abonarlas con un fertilizante específico para orquídeas (en venta ), siguiendo las indicaciones que encontraremos en el envase. Así, conseguiremos que estén más sanas y, por lo tanto, que tengan la energía suficiente para florecer todas las temporadas.

Trasplante

Las orquídeas son plantas de muy lento crecimiento, y como además son relativamente pequeñas el trasplante no es muy necesario. Solo lo haremos si llevan más de 3 años en la misma, y no tanto para que tengan más espacio sino más bien para que tengan tierra nueva (pero sin quitarles la que ya tienen).

Esto se hará en primavera, una vez que las temperaturas se mantengan por encima de los 18ºC, con cuidado de no manipular mucho las raíces.

Plagas

La mosca blanca afecta a las orquídeas

Hay una serie de plagas que pueden atacar a las orquídeas, y son:

  • Ácaros: como la araña roja. Son animales muy pequeños, que al alimentarse de la savia dejan manchas amarillentas en el haz de las hojas. Asimismo, pueden producir telarañas, pero se eliminan con agua y jabón neutro diluido.
  • Caracoles y babosas: estos son moluscos a los que les encantan las partes tiernas de las plantas. Por eso, es importante mantener a las orquídeas protegidas, ya sea con molusquicidas (en venta ) o bien con remedios caseros anti-caracoles.
  • Cochinilla algodonosa: son la plaga más común. Como su nombre indica, recuerdan bastante al algodón. Se encuentran en las hojas, que es de donde se alimentan. Por suerte, se pueden eliminar con insecticidas anti-cochinillas (en venta ), o si se prefiere usar algo natural, con tierra de diatomeas.
  • Mosca blanca: es un insecto blanquecino con alas, que mide unos 4mm, y que se encuentra en las hojas. La mosca blanca mucho a las orquídeas, por lo que es aconsejable poner trampas adhesivas de color amarillo cerca de ellas para controlarlo (en venta ).
  • Pulgones: los pulgones son insectos de muy pequeño tamaño, a los que les favorece el ambiente seco y cálido. Pueden estar tanto en las hojas como en los capullos florales, y causan daños importantes, como la aparición de manchas decoloradas en las hojas o el aborto de las flores. Hay que tratarlos con insecticidas anti-pulgón (en venta ).
  • Trips: los trips son insectos muy pequeños, de unos 0,5-2mm, que se alimentan de la savia también, desde el envés de las hojas donde dejan manchas blanquecinas junto con sus excrementos, de color negro. Se pueden ver a simple vista, tanto los adultos como las larvas. Para eliminarlos lo ideal es limpiar la planta con agua y jabón neutro, o bien usar un insecticida anti-trips (en venta ).

Enfermedades

Aparte de las plagas, se deben de tener en cuenta a las enfermedades también. Si reciben más agua de la necesaria por ejemplo, los hongos podrían hacerles daño. Pero ellos son solo unos de los enemigos que tienen:

  • Hongos parásitos del suelo: como el Fusarium o la Rhizoctonia. Ellos serán los que pudran las raíces si las orquídeas se riegan en exceso. Por consiguiente, no solo hay que procurar que la tierra se seque un poco entre riegos, si no que también se debe de tratar con fungicidas si vemos las raíces mal, es decir, raquíticas, marrones, negras o con una especie de »polvo» blanco o gris (puedes comprarlo ).
  • Virus: estos microorganismos consiguen entrar dentro de las orquídeas cuando por ejemplo se podan con herramientas sin limpiar, o cuando tienen una plaga que les sirve de vector, como los pulgones. Los síntomas son la aparición de manchas redondeadas que van perdiendo el color verde natural de las hojas, hasta que pasan a ser negras. No existe tratamiento; lo único que se puede hacer es quemar las plantas.

Poda

Realmente no hay que podar a las orquídeas. Solo les quitaremos las hojas secas y las flores marchitas con unas tijeras limpias y desinfectadas.

¿Cómo se reproduce la planta de orquídea?

Para terminar, si quieres saber cómo reproducir tu planta, has de saber que la manera más rápida de conseguir un ejemplar de orquídea es reproduciéndola mediante keikis. Los keikis son pequeñas plantas que brotan de la propia orquídea, pero lamentablemente no todas los generan con la misma facilidad. De hecho, en las Phalaenopsis son raros, pero en los Dendrobium sí son más comunes.

Ahora bien, para conseguir que los generen lo que se puede mirar de hacer es cortar las varas florales por encima de un nudo hacia la mitad de las mismas. Después, hay que dejar al descubierto dicho nudo, quitándole con sumo cuidado la piel que lo protege. Así, lo dejaremos expuesto a la luz y, por consiguiente, podrá producir un keiki.

Una vez que lo haga, veremos que las raíces aéreas de la futura orquídea empezarán a crecer. Pero solo lo trasplantaremos cuando tenga al menos tres hojas verdaderas.

Espero que con estos consejos puedas cuidar y conocer mejor a las orquídeas.