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Flores silvestres para tu jardín

23 de juni de 2021

Me encantan las praderas, el campo, las hierbas altas… e incluso corretear o saltar como cuando era niña, o ponerme a buscar flores silvestres en los rincones más insospechados. La naturaleza te rejuvenece el espíritu de una manera muy especial, haciéndote olvidar la rutina del día a día. Adentrándote en cada uno de sus rincones, te puedes encontrar plantas preciosas que, además de alegrarte la vista y el alma, pueden convertirse en candidatas excepcionales para decorar tu magnífico jardín.

¿Que no me crees? Echa un vistazo a nuestra selección de flores silvestres que puedes tener en tu lugar favorito del hogar. Te sorprenderá.

Selección de las mejores flores silvestres de los campos y praderas de España.

Romero

El romero, cuyo nombre científico es Rosmarinus officinalis, es un arbusto de hoja perenne que te puedes encontrar en todas las regiones con clima mediterráneo. No sólo en la región denominada así, sino también en algunas zonas del archipiélago canario. También se ha naturalizado en lugares tropicales como en las Azores. De crecimiento más bien de tipo medio, es perfecta para jardines de bajo mantenimiento ya que resiste muy bien la sequía, además de la salinidad.

Aunque no suele sobrepasar el medio metro de altura, podemos hacer de él una preciosa planta de hasta un metro. En jardinería se utiliza principalmente para rocallas o bordeduras, pero también es apto para la técnica del bonsái debido a que tiene hojas pequeñas, un ritmo de crecimiento fácilmente controlable y, por si fuera poco, tolera bastante bien la poda.

Otra cualidad que tiene el romero es su resistencia a plagas y a enfermedades. Sin embargo, teme el encharcamiento, y es por ello que si quieres tenerlo en maceta tendrás que utilizar un sustrato que facilite el drenaje. Una buena mezcla sería un 60% de turba negra y un 40% de perlita. Los riegos deben ser regulares, pero no frecuentes. Si tienes dudas sobre cuándo tienes que regarlo, comprueba la humedad de la tierra (puedes hacerlo de una manera muy fácil introduciendo un palito de madera, o incluso puedes aprovechar para sentir la tierra introduciendo un dedo).

Por cierto, ¿sabías que tiene propiedades medicinales? En infusión se utiliza para combatir resfriados, pero también es útil cuando necesitas mejorar la circulación sanguínea. Incluso hay quien lo usa para frenar la alopecia, cogiendo varios tallos, introducirlos en una olla hirviendo y, con el agua resultante, »lavarse» la cabeza. Es curioso, ¿verdad? Pero por supuesto el romero no es la única planta silvestre para tu jardín que te vamos a sugerir hoy…

Amapola

La siguiente candidata es una flor muy elegante, de un color muy llamativo. Estamos hablando de la amapola, esa pequeña planta herbácea de pétalos delicados… Recuerdo cuando era joven, bueno, más joven, que cogía sus flores y, casi al instante, el viento se llevaba los pétalos, dejando a la flor sólo con el pistilo (lo que emerge del centro). Siempre me ha parecido una flor muy frágil, ¿y a ti? Y además, roja. ¡Hay que ver cómo atrae el rojo al ser humano!, igual que a muchos pájaros e insectos. ¿Qué decir de esta preciosidad? Lo primero: no la encontrarás a la venta, pero eso no es un inconveniente. Estas plantas se reproducen fácilmente, tanto es así que sólo tienes que coger la cápsula de semillas madura, y enterrarla un poquito en el jardín. Verás como en la próxima primavera sus semillas germinarán.

Esta planta, como sabrás, no crece mucho más de medio metro de altura y florece después de la época hibernal, como si quisiera alegrar el campo con sus llamativas flores. Aunque suene extraño, no se sabe el origen exacto de la Papaver rhoeas, que es así como se llama científicamente. Pero los expertos la sitúan en el continente europeo, llegando hasta Asia e incluso el norte de África.

En muchas zonas se ha naturalizado tanto que no es de extrañar que la incluyan en la lista de »Plantas de la región». De hecho, hay quien la considera plaga. En otras partes del mundo cada vez cuesta más encontrarla, pero siempre ves alguna que te hace recobrar la ilusión de poder ver un campo lleno de amapolas.

Si hablamos de los usos, las hojas tiernas las puedes usar para preparar ensaladas, pero sin excederte, pues podrías tener dolor de estómago.

Hipericón

El hipericón, cuyo nombre técnico de su género es Hypericum, quizás te resulte más familiar por su otro nombre popular: hierba de San Juan. Hay muchas especies de hipericón, tanto es así que podemos encontrar árboles que crecen superando los diez metros de altura, arbustos de hoja perenne que rara vez superan los dos metros y plantas herbáceas. En nuestras tierras son más frecuentes las de tipo herbáceo, como el Hypericum perforatum o el Hypericum perfoliatum.

Suelen aparecer sin dificultad en terrenos cultivados, en donde sus preciosas flores silvestres de color amarillo despiertan el interés polinizador de una gran variedad de insectos. Es por ello por lo que, si deseas aumentar la »microfauna» de tu rincón verde favorito, el hipericón es una excelente opción, ya que atraerá a abejas, avispas, … en fin, a cualquier insecto con ganas de saciar su sed. Además, se la relaciona mucho con el inicio del verano, ya que precisamente florece en esas fechas. Así que si tienes ganas de saber cuándo empezará la estación más playera de la temporada, hazte con un hipericón y no tendrás que mirar más el calendario.

Es originaria de prácticamente todo el mundo. Sí, sí, tiene tal grado de adaptabilidad, que te las puedes encontrar en casi cualquier lugar. Aunque todos tenemos nuestras preferencias, y él desde luego no es una excepción. Sólo crece en terrenos donde la pluviometría no es ni muy escasa ni muy abundante, y en donde las temperaturas tampoco llegan a los extremos. Se podría decir que al hipericón le gusta el punto medio: ni demasiado frío ni demasiado caliente, en su punto.

Por cierto, ¿sabías que la especie H. perforatum tiene propiedades antidepresivas? Para tomarlo sólo tienes que coger las hojas, hervirlas y beberte el agua. ¡Así de fácil y rápido podrás tener un eficaz remedio para levantar el ánimo en los días bajos!

Margarita

¿Quién no ha cogido alguna vez una margarita y ha jugado al »me quiere/no me quiere» con sus pétalos? Esta preciosa planta con flores silvestres es, seguramente, una de las que más acompañan nuestros recuerdos. Y no es de extrañar, ya que cuando se trata de dar la bienvenida a la primavera, aparecen por doquier a ambos lados de la carretera, en el campo e incluso en jardines, ya sean particulares o privados.

Su nombre científico es Chrysanthemum coronarium, pero quizás pueda crear confusión, ya que aunque las margaritas bicolores (blancas con el centro amarillo) son las más comunes, también hay amarillas. El nombre completo de las primeras es Chrysanthemum coronarium var. discolor, mientras que el de las segundas es Chrysanthemum coronarium var. coronarium. Pero, aunque tengan un apellido distinto, crecen bajo las mismas condiciones y necesitan los mismos cuidados.

Originarias principalmente del sur de España, al introducirse en otros países de Europa se ha conseguido asilvestrar en algunos de ellos, como Francia o Alemania. Se propaga muy fácilmente, tanto es así que, si se la deja, en pocos años conseguiríamos disfrutar de las margaritas en un terreno considerable.

Resisten bastante bien la sequía, pero si la vas a tener en maceta, es aconsejable evitar mantener seco el sustrato demasiado tiempo. Es mejor que siempre dispongan de cierto grado de humedad a fin de que puedan crecer y desarrollarse adecuadamente.

Campanilla

La campanilla, también conocida como correhuela, es un género de plantas herbáceas, la mayoría trepadoras, que te puedes encontrar muy fácilmente en el campo. Sus florecillas tienen forma de trompeta, y pueden ser de colores variados: blancas, púrpuras o bicolores (rosa y blanco). Aparecen sobretodo en los márgenes de los caminos, donde aprovechan y trepan por otras plantas. Es por este motivo por el cual hay mucha gente que la considera una mala hierba, que hay que evitar tener a toda costa. Pero lo cierto es que se puede controlar su crecimiento fácilmente mediante podas.

Científicamente se las conoce como Convolvulus arvensis (las que tienen flores blancas y bicolores) y Convolvulus althaeoides (las que tienen flor de color púrpura). Cuando se trata de cubrir una zona que ya no te gusta, que ha quedado como medio abandonada y ya no se utiliza, pon una campanilla y verás cómo cambia. Es increíble la vida que dan sus pequeñas pero preciosas flores silvestres. También es una candidata idónea para colocar cerca de un tronco seco con el objetivo de que trepe por él.

Su crecimiento es muy rápido, germinando en primavera y floreciendo esa misma temporada estival. ¡En tan sólo unos pocos meses podrás disfrutar de la belleza de sus flores!

Es originaria de las zonas templadas del Hemisferio Norte. Le encanta el clima sin grandes variaciones térmicas. Y, por si fuera poco, resiste sin problemas la sequía.

Maravilla silvestre

La maravilla silvestre es, sin lugar a dudas, una de las flores que más abundan por nuestros lares. Científicamente se la conoce como Calendula arvensis, con porte herbáceo cuya altura no sobrepasa los 25cm. Se comporta como planta anual, pudiendo florecer muy temprano si las condiciones climáticas acompañan.

Es originaria del sur de Europa, y concretamente en nuestro país te la puedes encontrar en cualquier parte. Prefiere crecer en terrenos cultivados, donde sabe que dispondrá de la humedad que necesita y de una tierra que le aportará todos los nutrientes necesarios para que pueda crecer mejor; pero también florece en zonas abandonadas.

A esta caléndula se la puede considerar planta »para el día a día»: sus hojas son un buen acompañante para cenar, y por si fuera poco tiene unas propiedades medicinales que no te dejarán indiferente. A saber: como uso externo te ayudará a sanar las quemaduras y las heridas; y como uso interno reducirá las inflamaciones, te ayudará a estar más concentrado y, si tienes anemia, hará que tu cuerpo produzca más glóbulos rojos para hacerle frente.

Se usan todas las parte de la maravilla silvestre, la cual se recoge en cuanto haya terminado de florecer.

Almendro

El almendro, cuyo nombre científico es Prunus dulcis, es un árbol caducifolio que crece hasta una altura aproximada de seis metros. Es originario de Asia, pero se ha naturalizado en todos los lugares templados-cálidos del continente europeo, especialmente en el mediterráneo. Es una planta muy recomendable si quieres disfrutar de un verdadero espectáculo floral incluso antes de que el sol empiece a despertar las plantas. Sí, has leído bien: ¡puede florecer en la recta final del invierno! De hecho, este año ya se empiezan a ver sus pétalos blancos caer delicadamente sobre la tierra.

Muchos creemos que sus flores son sólo de color blanco, ¿verdad? Pero… ¿sabías que también hay almendros cuyas flores son de color rosa? No son fáciles de ver, ya que hay muchos ejemplares, y es probable que de veinte sólo haya uno que tenga este color, pero cuando vuelvas a dar una vuelta por el campo, echa un vistazo.

El fruto, la almendra, como sabes, es comestible. Madura en verano, hacia la mitad más o menos, dependiendo de la climatología del lugar. Sin embargo, hay quien prefiere comerse las almendras cuando aún están verdes. De igual modo, tienen un sabor delicioso.

Se usa principalmente por su producción de almendras, ya que a diferencia de otras especies de Prunus, no necesita pasar muchas horas de frío para conseguir una cosecha excelente. Pero si buscas una especie de un tamaño más bien reducido, que puedas disfrutar con sus flores y con sus frutos en tu jardín sin esfuerzo, el almendro es una muy buena opción. Además, el aceite que se extrae de la almendra te ayudará a ablandar cualquier dureza que tengas e incluso también resultará eficaz contra las inflamaciones.

Diente de león

Hacia el inicio del verano el campo se viste de blanco, pero no de un blanco nieve, sino del siguiente candidato: el Diente de león. Su nombre científico es Taraxacum officinale, y aunque se cree originario de Europa, en realidad no se acaba de determinar su lugar de procedencia.

Esta planta herbácea es perenne, creciendo hasta una altura aproximada de 50 centímetros. Muchos la consideran una mala hierba, ya que aparece entre los cultivos y entre las plantas que forman el diseño del jardín, pero lo cierto es que puede ser interesante cederle aunque sea un rinconcito pues tienen a un insecto coladito por su polen. ¿Sabes cuál es? La abeja, la cual además de polinizar a los dientes de león, no dudará en hacer lo propio con tus plantas.

Sus preciosos »pompones» contienen alrededor de cien semillas, las cuales serán transportadas por el viento lejos de sus progenitores, creando así uno de los espectáculos más bellos de la primavera.

Además, puedes usar sus hojas para preparar exquisitas ensaladas, ayudando así a tu organismo a depurarlo. Sí, sí, es perfecta para limpiar de toxinas el cuerpo; es más, también te ayudará con el estreñimiento. ¿Qué más se puede pedir?

Zarzamora

La zarzamora, cuyo nombre científico es Rubus fruticosus, es una de las plantas trepadoras silvestres que más centímetros crecen al año. Para que te hagas una idea: puede aumentar la longitud de sus tallos hasta 10cm/día. ¿Increíble, verdad? Pero, aunque tiene un carácter invasivo, tiene una cualidad que la hace digna de estar en esta lista. Por supuesto, estamos hablando de sus frutos, los cuales además atraen multitud de comensales, incluyéndonos a nosotros.

Esta rápida trepadora, originaria de Europa y Asia, es capaz de alcanzar los seis metros de altura, cubriendo así paredes que se quedaron vacías y no sabes cómo decorarlas. Pero, eso sí, no te olvides de ponerle soporte para que pueda trepar y crecer adecuadamente.

Para controlar su crecimiento puedes recortarla sin problemas, durante toda la temporada vegetativa. La zarzamora es muy resistente, pudiendo soportar sequías prolongadas e incluso heladas. Y tampoco se le conocen enemigos que puedan perjudicarla. Sin duda, es perfecta para tener en tu jardín de bajo mantenimiento.

Como dato curioso destacar que esta es una planta que será tu aliada para combatir problemas de garganta, como faringitis o amigdalitis. Se usa principalmente como infusión, para la cual puedes coger un puñado de hojas y ponerlas a hervir en agua. ¡Y dile adiós al dolor!

Lavatera

Terminamos esta selección de flores silvestres con un género de plantas que, simplemente, enamora. Las hay cuyas flores son de color rosa oscuro, otras de un rosa más claro, bicolores,… en fin, ¡hay tanta variedad que es difícil escoger una! Estoy hablando de las Lavatera, las cuales son muy similares a otro género de plantas de igual atractivo: las Malva. Se parecen tanto que, si quieres identificarlas correctamente in situ, te va a resultar muy complicado. De hecho, es necesario acudir a un laboratorio para conseguir llevar a cabo esa tarea.

Las Lavatera son originarias principalmente de la región del mediterráneo, en donde crecen en prácticamente cualquier terreno: ya sea de jardín o en un descampado. Sin embargo, también hay especies endémicas de otros continentes, como el asiático o el australiano.

Crecen como hierbas rastreras o bien como arbustos. En nuestras latitudes son más comunes las de tipo arbustivo, como la Lavatera arborea que puede alcanzar una altura aproximada de un metro o metro y medio. Sus hojas pueden ser redondeadas o ligeramente palmeadas según la especie, de color verde oscuro. Sus flores se abren en verano y permanecen hasta antes de que las temperaturas empiecen a bajar drásticamente.

Son muy buenas candidatas para tener en tu jardín, ya que crecen en todo tipo de suelos, especialmente los calcáreos, y por si fuera poco son muy adaptables, pudiendo vivir tanto a pleno sol como a media sombra.

Y ahora viene la parte más difícil: ¿cuál te ha gustado más? ¿Y cuál menos? No dudes en comentarnos qué te han parecido estas flores silvestres. Lo esperamos.