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Gerbera

2 de juni de 2021

La gerbera, llamada también margarita africana, es una planta pequeña pero con flores de buen tamaño muy cultivada en los jardines, pero también y sobre todo en el hogar. A menudo incluso se utiliza como flor cortada, puesto que estas permanecen varios días intactas antes de marchitarse.

Su multiplicación no es complicada; al contrario, sus semillas tienen una alta tasa de germinación, o dicho de otra forma: siempre que sean viables, es posible que si siembras por ejemplo diez, broten todas o prácticamente todas. Así pues, vamos a ver cómo se cuida esta preciosa planta.

Origen y características de la gerbera

Antes de nada, es importante decir que cuando hablamos de gerbera, nos referimos a una serie de plantas pertenecientes al género Gerbera, del cual se han descrito unas 38 especies distintas. La que más se comercializa, sin embargo, es la Gerbera x hybrida, es decir, no se trata de una especie pura como tal, si no un cruce de varias.

Su origen lo encontraremos en África y Asia tropical. No es muy grande, de hecho apenas supera el medio metro de altura, pero el color de sus pétalos es tan llamativo que atrae a los polinizadores con facilidad. Además, posee hojas grandes y verdes, diseñadas para captar el máximo posible de luz solar y, así, poder realizar la fotosíntesis a buen ritmo y crecer.

Aunque se suele tener como planta anual o de temporada, la gerbera realmente es perenne, capaz de vivir varios años. Pero en cultivo, ya sea porque en invierno se registran heladas, o porque la calidad de las flores va disminuyendo, se suele sustituir cada 1-2 años.

¿Cuántas clases de gerberas hay?

Existen unas 38 especies distintas. Sin embargo, solo una es popular. Por este motivo, queremos mostrarte unas cuantas variedades de gerberas que creemos que es muy interesante conocer. A continuación vas a poder verlas:

Gerbera x hybrida

La gerbera híbrida tiene flores únicas

Empezamos por la que se comercializa mucho, mucho más que las otras. Como ya adelantábamos, se trata de un cruce de varias especies. Tiene una altura de 50-55 centímetros, y presenta flores de colores muy diversos: naranja, rojo, rosa, amarillo, blanco.

Gerbera aurantiaca

La Gerbera aurantiaca es única

La Gerbera aurantiaca es una especie originaria de África, en concreto de la región KwaZulu-Natal. Crece hasta los 40 centímetros, y el color de sus flores casi siempre es el rojo, aunque puede ir desde el amarillo hasta el escarlata. Se encuentra en peligro de extinción.

Gerbera jamesonii

La Gerbera jamesonii es una planta de flores grandes

La Gerbera jamesonii es una variedad bastante conocida originaria de Sudáfrica. Alcanza una altura de unos 40 centímetros. Sus flores son rojas o naranjas.

Gerbera viridifolia

La Gerbera viridifolia es una planta pequeña

La Gerbera viridifolia se encuentra hacia el este de África, en las regiones montañosas, y alcanza los 45 centímetros de altura. Produce flores de color blanco o lila.

Cuidados de la gerbera

La planta gerbera o margarita africana es una hierba que puede durarnos unos cuantos años. Por este motivo, vale la pena proporcionarle unos cuidados especiales gracias a los cuales tendremos nuestro ejemplar más de una temporada. Con estos cuidados se debe pretender que la planta esté, antes que nada, sana.

Sus flores son preciosas, y sin duda las producirá si goza de buena salud; pero nuestro objetivo no debe de ser tanto el de conseguir muchas flores, si no más bien el de evitar que tenga plagas, enfermedades y carencias; y si llegase a tener, que estas le causen el menor daño posible para que llegue fuerte al invierno.

Por lo tanto, y dicho esto, recomendamos cuidar a la gerbera de la siguiente forma:

Ubicación

¿Dónde ponerla? Lo ideal es en una zona donde haya mucha claridad, es decir mucha luz. Puede darle el sol de manera directa por la mañana temprano, pero es preferible que no lo haga.

En invierno, y si hay heladas, se tendrá en una habitación con mucha luminosidad también, pero lejos de las corrientes de aire.

Tierra

La gerbera puede ser de varios colores

  • Maceta: se ha de cultivar con sustratos arenosos, y ricos en materia orgánica. Por ejemplo, una buena mezcla sería turba con un 30% de perlita, o un sustrato universal de buena calidad que drenase bien el agua, como el de las marcas Flower (en venta ) o Fertiberia por ejemplo.
  • Jardín: en caso de querer plantarla en el suelo, se ha de mirar si la tierra es capaz de drenar el agua con rapidez. Para ello, haremos un agujero de unos 40 centímetros de alto y ancho, y lo llenaremos de agua. Si vemos que enseguida que la echamos, la tierra la absorbe con facilidad, entonces podremos plantar la gerbera; en caso de que veamos que le cuesta y que por lo tanto tarda mucho, en cuanto el agua se haya absorbido del todo, haremos el agujero el doble de grande, y lo llenaremos con una primera capa de greda volcánica (en venta ) o arlita (en venta ), y después con una mezcla de turba con perlita a partes iguales.

Riego y abonado

Si bien son dos cosas distintas, de vez en cuando me gusta ponerlo en un mismo apartado, porque las plantas son seres que necesitan agua, pero también nutrientes. Centrándonos en las gerberas, ellas se han de regar un promedio de tres veces a la semana durante el verano, y una media de 1-2 veces a la semana el resto del año.

Hay que procurar no regar de más, ya que temen el exceso de agua. De hecho, por este motivo tampoco es bueno regar por arriba, si no dirigiendo el agua a la tierra. Esto es especialmente importante en verano, y más si la tenemos en el sol, puesto que si mojásemos sus hojas los rayos solares les causarían quemaduras.

El abonado se hará en primavera y en verano especialmente, pero también se debe en otoño y, aunque menos, también en invierno. Los productos a usar serán:

  • Primavera-verano: abonos líquidos de rápida eficacia, como el guano (en venta ) o el extracto de algas (en venta ). No hay que abusar de este último, ya que suele ser muy alcalino. Lo mejor es ir alternando: un mes uno, otro mes el otro. Eso sí, hay que seguir las indicaciones de uso.
  • Otoño-invierno: en estas dos estaciones la gerbera apenas crece, pero como nos interesa que se mantenga fuerte continuaremos abonándola con una cucharada pequeña (de las de café) con fertilizante universal como cada semana. Este producto mantendrá las raíces algo más protegidas del frío.

Trasplante

Tanto la plantación en el suelo como el cambio de maceta se harán en primavera, en cuanto las temperaturas se mantengan por encima de los 18ºC. Así, nos aseguraremos de que la gerbera no se resentirá. De hecho, aunque esté floreciendo, cosa que siempre pasa cuando las empiezan a vender en los viveros, solo tendremos que tener un poco más de cuidado y no manipular sus raíces. Pero nada más.

Recordemos que el suelo ha de tener un drenaje correcto, y que la maceta ha de tener agujeros en la base por los que el agua pueda salir sin dificultad. No es bueno ponerle un plato debajo, a no ser que se escurra tras cada riego.

¿Cómo se propagan las gerberas?

La gerbera se multiplica por semillas y por división del rizoma en primavera. Veamos cómo:

  • Semillas: en cuanto se adquieran, han de sembrarse en macetas con tierra para semilleros y cubrirlas con un poco de este sustrato. Después, regamos y las ponemos en semisombra. Es importante añadir que es un método complicado, porque las semillas de gerbera permanecen viables muy poco tiempo.
  • División del rizoma: es el método más aconsejado. En plantas que tengan más de un año, se pueden podar las raíces dejándolas con una longitud de unos diez centímetros, y algunas hojas. Estas, se han de recortar un poco menos de la mitad. Luego, se procede a dividir estas raíces que tendrán alguna hoja, y se desinfectan con fungicida para inmediatamente después plantarlas en macetas con vermiculita previamente humedecida y cubiertas con plástico.

Plagas

La araña roja es una de las plagas más comunes en gerberas

Las plagas más comunes que tienen la mayoría de las plantas, le afectan también a la gerbera:

  • Ácaros, entre los que se encuentra la araña roja: son parásitos muy pequeños, que se alimentan de la savia. Algunos tejen telarañas entre las hojas, donde además veremos puntitos decolorados. Se trata con acaricidas (en venta ).
  • Babosas: son una plaga como tal, pero al alimentarse de hierba hay que vigilarlas, y tomar medidas, ya sea con repelentes o molusquicidas (si tienes animales domésticos, te recomendamos que evitará que ellos lo ingieran).
  • Caracoles: ídem.
  • Cochinillas: las cochinillas se ven sobre todo en el envés de las hojas y en los tallos. Son chupadoras de savia, y además secretan una melaza que encanta al hongo negrilla o fumagina. Este hongo cubre las hojas con una especie de capa o polvo negruzco. Una vez tratada la plaga con anti-cochinillas (en venta ) o agua y jabón, este desaparece.
  • Trips: los trips son similares a las tijeretas, pero de un tamaño mucho más reducido. Se encuentra en el haz de las hojas, donde también se alimentan de su savia. Asimismo, es posible ver a simple vista sus heces, que son como puntitos negros, y las manchitas que provocan sus picaduras. Se eliminan con agua y jabón.
  • Mosca blanca: la mosca blanca es un parásito chupador de savia que vive entre las hojas de la planta. Por suerte, hoy en día hay muchos productos que la eliminan, como la tierra de diatomeas (en venta ) o el jabón potásico (en venta ).
  • Orugas: son larvas de lepidópteros que pueden causar importantes daños en las hojas, que es donde se alimentan. Se eliminan con un insecticida eficaz contra orugas.

Enfermedades

Las enfermedades que puede tener son las siguientes:

  • Botritis: la botritis es un hongo que cubre hojas, tallos y flores de una especie de polvo grisáceo, que es por lo que se conoce como podredumbre gris. Hay que cortar las partes afectadas y tratar con fungicida que lleve cobre.
  • Oídio: es un hongo similar al anterior, pero este solo afecta a las hojas. Se trata de igual modo, o con fungicidas que lleven azufre, como .
  • Rhizoctonia solani: es un hongo que pudre las raíces. Amante de la humedad, aparece cuando se riega en exceso. Por este motivo, hay que procurar no regar más de lo necesario; y si sospechamos que tiene hongos, tratar rápidamente con fungicidas (en venta ).
  • Sclerotinia: conocida como moho blanco, es un hongo que cubre las hojas y tallos de un polvo blanco de aspecto algodonoso. Ese es el primer síntoma, ya que después lo que hará será acabar con la planta. Por eso, para evitarlo hay que cortar las partes afectadas y tratar con fungicida.
  • Virus: tanto el virus de la enfermedad bronceada del tomate como el virus del traqueteo o arrugamiento de la hoja. Causan la aparición de mosaicos en las hojas. No existe tratamiento, solo cortar las partes afectadas y mantener la planta bien regada y abonada.

Problemas de la gerbera

Además de plagas y enfermedades, puede tener también otros problemas:

  • No florece: si es primavera y no florece, puede ser porque las temperaturas sean aún bajas, o que necesite abono. Comprueba si la temperatura roza o llega ya a los 20ºC, y si es así, empieza a abonarla con guano, o si lo prefieres con un fertilizante para plantas con flor (en venta ). Así, la ayudarás a sacar flores.
  • Flores caídas: si la gerbera tiene las flores caídas, seguramente sea porque le ha dado de lleno el sol. A estas plantas les gusta mucho la luz, pero no el sol directo. Les puede dar un poquito si es suave, pero no es lo ideal. Además, no hay que regar nunca por arriba, solo humedeciendo la tierra.
  • Gerbera marchita: si la planta se marchita con rapidez, tenemos que mirar si tiene demasiada agua. La planta teme el encharcamiento, de ahí que sea necesario dejar que la tierra se seque un poco entre los riegos, ya que de lo contrario los hongos la dañarán. Ver más en Enfermedades.

Rusticidad

La gerbera no soporta el frío. Pero si se tiene en un jardín protegida, por ejemplo en una esquina y rodeada de plantas, sí puede soportar temperaturas de 0 grados, e incluso alguna helada puntual de hasta los -2ºC.

¿Cuál es el significado de la flor de la gerbera?

Las gerberas son plantas herbáceas

Dependiendo del color de la flor, se le atribuye un significado u otro. Por ejemplo:

  • Gerbera amarilla: el amarillo está muy relacionado con el Sol, y por lo tanto con la vida. También al éxito y a la riqueza, por lo que es interesante regalársela por ejemplo a una mujer que acaba de dar a la luz, para desearle lo mejor para ella y su bebé.
  • Gerbera blanca: el blanco es el color de la pureza, y de la calma. Una flor de gerbera blanca es un detalle maravilloso para los seres queridos más especiales, o para aquellos que te transmitan paz, o la necesiten.
  • Gerbera roja: simboliza el amor, tanto el familiar como, sobre todo, el de pareja. Por ello, no está de más tener una planta en el salón que compartes con tu ser querido.
  • Gerbera naranja: representa la alegría, el éxito y la estabilidad. Es buena flor para tener en el centro de una mesa durante una reunión por ejemplo.

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